domingo, enero 04, 2009

Vamo q se puedeeeeeeeeeeee!

Todos dicen que éste viene duro y desconfiarle no es para menos. Acostumbrados a los cachetazos los argentinos podemos reconocernos en la categoría de todo terreno. Pasamos de una bonanza económica ficticia a una depresión económica profunda, de la represión mas brutal a la libertad mal entendida, del orgullo de pertenecer a la realidad aplastante de casi no existir. Nos creemos todavía lo de la recuperación inmediata, y rogamos a veces que paren de robar por lo menos dos años para que el país salga adelante.
Sea como sea, el calendario nos impone un nuevo desafío, un nuevo año, un nuevo sueño, una nueva esperanza de volver a ser lo que tal vez nunca fuimos, lo que deseamos, pero siempre nos faltan veinte y no cinco.
Los pronósticos indican que no hay techo donde solo debería haber goteras, que el agua del mate se hirvió o apenas esta tibia, que a la bici en cualquier momento se le sale la cadena... y asi nos vamos haciendo a la idea de seguir en un mismo ritmo, una misma sintonía, en la desesperanza que nos grita en la cara que nada va a cambiar, que para qué?, si total acá las cosas son así y uno solo desde su lugar no puede hacer nada...
Y es mentira, no se necesita un cambio de año para tratar de ser mejor, pero es una buena oportunidad para plantearse desafíos, el almanaque no nos va a decir cuando empezar, pero tal vez nos anime a abandonar estructuras, malos pensamientos, resabios de lo que no queremos para nosotros ni para los demás.
El año nuevo pide a gritos que lo transformemos, que le peleemos, que lo demos vuelta como una media y está en nosotros escuchar o repetir la historia.

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